martes, 21 de febrero de 2012

Mariposa

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y lo llevó a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día notó un pequeño orificio en el capullo, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir. El hombre la vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía como que se había atascado.

Entonces el hombre, sintiendo lástima, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más grande, y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo.

Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante, las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Jamás logró volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro, no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo de la mariposa por salir por el diminuto agujero, eran parte natural del proceso que forzaba fluídos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que alcanzasen el tamaño y fortaleza requeridos para volar.

Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privado su desarrollo normal.

Si Dios nos permitiese progresar en todo sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos del alma. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido através del esfuerzo y la constancia.

¡Cuánta verdad hay en esto!

Cuantas veces hemos querido tomar el camino fácil para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para encontrarnos al final un resultado insatisfactorio, y a veces desastroso.

Hay dos frases bíblicas que son de gran importancia y que pueden ser aplicables a toda persona:

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes...." (Josué 1:9)

"Y también el que lucha..., no es coronado si no lucha legítimamente." (II Tim. 2:5)

sábado, 18 de febrero de 2012

Ser hijo de Pastor

Hace un par de días me puse a investigar sobre hijos de pastores... y me encontre con este escrito que me parecio muy bueno, asi que decidi publicarlo... Comenten please...


Ser Hijo de Pastor
 Por: Damaris Feliz

Ser hijo o hija de un pastor no es cosa fácil.  Muchas veces esto significa que debes sonreír aun cuando por dentro estas herido, triste o simplemente frustrado.  Muchos hijos de pastores se sienten que tienen que usar una mascara y de esta manera no revelar lo que realmente sienten o simplemente para que todos aquellos quienes les rodean piensen que todo marcha bien.

Ser hijo de un pastor se puede comparar a un pez dentro de una pecera de cristal donde todo el mundo quiere verte y señalar todas tus debilidades.  A veces los hijos de los ministros saben o detectan que sus padres sufren a consecuencia del trabajo ministerial y sufren calladamente causando dentro de si enojo y dolor.  Muchas veces esto causa  que ellos no quieran el ministerio mas adelante en sus vidas.  Muchos hijos sufren porque no se les da el tiempo merecido y muchas veces son los últimos en ser escuchados o atendidos.



A la luz de las siguientes estadísticas podemos entender como se sienten:
  • 33% Sienten que tiene que ser “perfectos” durante su crecimiento.
  • 45% Dice que no pueden confiar en nadie.
  • 48% Sienten que las necesidades de otras personas son mas importantes que las de ellos mismos.
  • 64% Tiene la creencia de que los demás esperan que ellos sepan mas de lo que ellos en realidad saben.
Pero ser hijo de un pastor es una bendición (aunque muchos de ellos quizas no esten de acuerdo conmigo).  Las estadísticas dicen que el 50% de los hijos de ministros están en el ministerio.

Cuando eres hijo de pastor muchos te miran con admiración deseando a veces ser como tu.  Si eres hijo de pastor no es por casualidad.  Dios sabia lo que hacia  cuando te regaló a tus padres.  El nunca comete errores.  El sabe que todo lo que experimentas durante el ministerio de tus padres te formará en la persona que El quieres que seas.  Tu eres quien decides si vas a dejar que las experiencias te formen o te destruyan. 

También ser hijo de pastor significa que has probado todos los sazones de las hermanas de tu iglesia.  Ya que los hermanos gustan invitar a la familia pastoral a comer en sus casas.  (no en todos los casos)

Consejos para un hijo de pastor:
  • No te concentres en lo negativo sino en lo positivo.  Dios tiene un propósito especial para cada uno de ustedes; y a su debido tiempo si se lo pides en oración El te lo ha de señalar.
  • Se quien realmente eres.  No tienes que ser como papi o como mami.  Se tu mismo; aunque creas que otros no te van aceptar.  
  • Camina con tu cabeza en alto; no tienes nada de que avergonzarte o temer.  El Señor está con cada uno de ustedes, el les ama con amor incondicional. 
  • Siéntete privilegiado de ser hijo de pastor.
 Acuérdate que mas importante que ser hijo de pastor es ser hijo de Dios.